10.01.2006
Le vert OR Mount-Royal
El paisaje es una invención humana, por tanto, es artificial.
El paisaje es primero determinado por la percepción del hombre, quien moldea su propio universo.
El pasiaje, por ende, siempre es exterior, a pesar de ser interiorizado por nosotros al conjugar las percepciones en emociones y en diseño.
El paisaje es en gran parte determinado por su orientación con respecto al sol, sin embargo el norte para Montreal es muchas veces el noroeste.
El paisaje también surge a partir de la tierra, es decir, de la configuración geológica de un punto del planeta en específico.
El paisaje es análogo a un organismo: tiene un esqueleto rocoso, un sistema circulatorio acuoso y una piel frondosa.
El paisaje se conforma de varios elementos, en cuanto a diseño, como color, contraste, altura, pendiente. El factor más importante, sin embargo, es la presencia humana.
El paisaje es nombrado por el hombre en cuanto éste adquiere una dimensión más antropocéntrica.
El paisaje, por lo tanto, no nos es accesible hasta que lo nombramos, lo hacemos nuestro y, por ende, lo artificializamos.
El paisaje y el hombre son intercambiables, por lo que no conocemos el paisaje realmente hasta que copulamos con él, y adicionalmente, todo aquello que afecte al paisaje nos afecta directamente.
La teoría del paisaje puede ser leída, aprendida o experimentada, pero la mejor teoría es aquella especulada... y basada en lecturas, lecciones y experiencias.









